Aprendiendo a vivir sin ti
Duerme Maleta, duerme tranquilo y no sufras más que papá y mamá siempre, siempre te querrán |
Comienzo a escribir esta carta con un nudo en la garganta y con unas ganas inmensas de nunca haberla tenido que escribir; y es que, mi pequeño "Maleta", nunca habríamos imaginado que había llegado el momento de despedirnos de ti.
Tenías tus achaques propios de la edad, pero conservabas tu energía para todavía correr o jugar con tus hijas o con los demás en el campo, también acudías a la cocina y te sentabas pacientemente, sin pedir nada, a ver si caía algo de lo que estuviera cocinando, con tu carita de bueno ante la que yo siempre sucumbía y salías con un trozo de lo que fuera.
Quiero agradecerte los casi 10 años de felicidad, de lealtad, de bondad, de fidelidad y de amistad que nos has regalado, diez años en los que, por tu forma de ser, nos has enseñado tú a nosotros más que nosotros a ti.
Cuando nos dijeron que tenías un soplo en el corazón hace varios años, nos alarmamos, pero dijeron que te lleváramos a Sevilla a un buen especialista y allí te llevábamos cada año fuera como fuera para ver tu situación y controlar la enfermedad, aún así, jugabas, corrías y siempre nos movías tu rabito, suponemos que de agradecimiento y de alegría.
No podemos reprocharte nada, porque eras un ser especial y sólo te conformabas con una caricia o una chuche, a cambio tú nos dabas mucho y eso nunca lo podremos olvidar, además nos has dejado lo más lindo de tu vida: tus dos hijas, Luna que se parece en casi todo a ti y Chispa que sale más a su mamá.
Ahora en "Luna" te vemos a ti, su manera de sentarse, sus ojitos a la hora de pedir las cosas...
En fin "Maleta", nos has dejado huérfanos y sumidos en una enorme tristeza porque la última vez que te pusiste malito y estuviste ingresado parecía que salías de la clínica recuperado, pero no era así, sólo estabas un poco mejor y tu salida hacia el cielo se acercaba inevitablemente sin nosotros imaginarlo.
Aunque tenemos más perros, tú sabes que para nosotros cada uno es especial y que a todos os queremos mucho, porque vosotros "los peludos" sois todo un ejemplo de lo que muchos hombres y mujeres deberían ser.
Yo no sé si tenéis alma, pero en el año 1.990 Juan Pablo II afirmó que los animales la tienen y con ello escandalizó a medio mundo. Con estas palabras conmocionó a muchos humanos, quizás porque frente a tanto desalmado de dos patas, nuestros amig@s, a los que llamamos irracionales, tenéis más sensibilidad, sois más fieles y poseéis más nobleza, así que para nosotros, mi pequeño "Maleta", la tienes y está con nosotros.
¡¡¡Tiempos Felices!!! |
Así eras tú: sensible, leal, fiel, bueno y noble, de ahí el gran vacío que nos has dejado y que difícilmente llenaremos.
El único consuelo que nos queda (si es que lo hay) es que el sábado 23 de agosto, cuando todo el mundo estaba de fiesta por la Vuelta Ciclista a España, nosotros estábamos como locos buscando a tu veterinario de guardia porque te estaban fallando los riñones y teníamos la obligación moral de hacer lo imposible para sanarte, pero no pudo ser, el hombre hizo todo lo que pudo y hasta te llevamos a casa con gotero para no dejarte solo ni un momento.
Tu último suspiro ocurrió en casa a las cuatro menos diez de la madrugada, rodeado de nosotros, tu familia, agarrándote tu cabecita y tus manitas y te fuiste para no volver.
Ahora descansas en paz, en tu sitio preferido, junto a tu hermano Fuyur y tu primo Dino, dos seres también excepcionales.
Te queremos "Maleta" y nunca, nunca te olvidaremos.
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